*Calle Cornelia 11: ¿demasiado española para los españoles?

¿Se trata de un pintoresco callejón en Córdoba? ¿O tal vez en Granada?  ¿A lo mejor Sevilla? En realidad, es Nueva York, Greenwich Village.  Más concretamente, el número 11 de la calle Cornelia, entre la Sexta Avenida y Bleeker.

Esta imitación de la arquitectura española fue promovida por el propietario de la fachada y piso bajo en 1928, durante uno de los periodos de exaltación hispanófila ocurridos en la cultura americana. En este tiempo también imperaba una tendencia al aburguesamiento, según afirma Christopher Gray, en el Village: “el paisaje de casas en decadencia se reconvirtió en un centro de insólito imaginario”. El arquitecto a cargo de la reforma, James H. Galloway, rebautizó el edificio denominándolo “Seville Estudios” (estudios sevillanos), y un anuncio de la sección inmobiliaria del New York Times, en 1928, prometía “la atmósfera del Viejo Continente con las ventajas del Nuevo Mundo”. En otras palabras: los residentes afroamericanos de 1910 pasaron a ser blancos en 1930. En su clásico ensayo Greenwich Village, 1920-1930, Caroline Ware asegura que a tan sólo unas cuadras de distancia rumbo al río, un pequeño enclave de inmigrantes españoles estaba siendo desplazado, expulsado por esta misma ola de viviendas “de categoría”.

España y sus motivos -su imaginario-, imperaron en la cultura americana de este tiempo: a menudo se evocaba el Viejo Mundo, y a su majestuosa elegancia. Surgió también un gusto por las denominaciones hispanófilas: nombres de monumentos y ciudades españolas, como Alhambra, Córdoba o Sevilla, se usaron para bautizar a las salas de cine primero, y más adelante a los automóviles de lujo. Esta peculiar evocación de la elegancia española, dirigida a una burguesía imperante, coincidió con la presencia de un significativo número de trabajadores españoles, de clase obrera, quienes luchaban por encontrar vivendas baratas en el West Village. Encontramos aquí una de tantas contradicciones de la historia de “España” en Nueva York. Podría decirse que, a partir de su transformación en “Seville Studios”, este edificio de la calle Cornelia 11 pasó a ser demasiado español para los españoles.

(Citas e información histórica de Chistopher Gray, New York Times del 12 de noviembre de 2009, RE 5. Fotos de Juan Salas).

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