*Introducción histórica: españoles en EEUU

El inmigrante gallego José María Vázquez, propietario de la mercería "La Iberia" en la calle West 14th, arteria principal de lo que vino a llamarse "Little Spain" ("Pequeña España"). Foto cortesía de su hijo Maximio.

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“Españoles en EEUU”: para la mayoría, esta frase evocará a aquellos conquistadores y frailes que, a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII, y en nombre de la Corona Española, llevaron a cabo la exploración, conquista y colonización de extensos territorios en lo que hoy llamamos Estados Unidos.

Sin embargo, la verdadera historia de los españoles en Estados Unidos cobró vida a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Poca gente sabe que, durante los cincuenta años transcurridos entre 1880 y 1930, el número de españoles que cruzaron el Atlántico para asentarse en América  –Norte, Centro y Sur- superó con creces a la cifra de los que hicieron el mismo viaje durante los cuatrocientos años comprendidos entre 1492 y 1880. La amplia presencia española en este continente es, por tanto, consecuencia de la disolución del Imperio Español… mucho más que de su expansión. De hecho, la historia de estos españoles se integra en un movimiento migratorio aún mayor: forma parte de la vasta diáspora de europeos –clase obrera y campesinos, en su mayor parte- que decidieron abandonar sus hogares para apostar por un futuro mejor. Estas migraciones masivas transformaron, no sólo las regiones receptoras sino también aquellas de origen, de manera permanente, a finales del siglo XIX y principios del XX.

Al contrario que los italianos, alemanes y polacos que escogieron Estados Unidos como destino inicial, los emigrantes españoles de este periodo tendieron a asentarse, en un primer momento, en los países hispanohablantes de América: Argentina, Uruguay, Méjico, Cuba o Puerto Rico, por nombrar unos cuantos. Sin embargo no debemos olvidar que este periodo histórico (1880-1930) se caracterizó por las vertiginosas conexiones –comerciales, culturales y políticas- establecidas entre estos países hispanohablantes y Estados Unidos. Una vez asentado en La Habana, Buenos Aires o Ciudad de Méjico, el inmigrante español con ambiciones comerciales solía reubicarse en Nueva Orleans, Tampa o Nueva York, por ejemplo.

Pese a que existen casos de españoles emigrados directamente a Estados Unidos, en esta época la mayoría se asentaron después de haber vivido un tiempo en la América hispano-hablante. Un importante número de estos inmigrantes escogieron Nueva York como último destino: ya a mediados del siglo XIX, la metrópolis se había convertido una de los principales redes comerciales, financieras y marítimas de intercambio “panamericano”. Los perfiles e intereses de estos españoles reubicados en Nueva York resultan reveladores; se establecieron como comerciantes de tabaco y azúcar, fabricantes de puros, marineros y trabajadores de muelle.

Este portal pretende reconstruir la historia y contribuciones de estos inmigrantes “invisibles” en Nueva York.

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