*Frescos encontrados de Quintanilla, calle Bleecker 144-146

El Restaurante “Mori”, fotografiado el 21 de noviembre de 1935 por Berenice Abbott.

Un artículo de Christopher Gray, publicado en el New York Times el 4 de noviembre de 1990, pretende desentrañar el enigma de este emplazamiento de la calle Bleeker: sin duda un insólito episodio de la historia de España en Nueva York. En su artículo, Gray explica que el edificio que ocupa el 144-146 de Bleecker fue construído en 1832. En 1883, Placido Mori lo adquiere con idea de abrir un restaurante, cuya fama se vuelve notable durante las primeras décadas del siglo XX hasta su cierre en 1937. Ese año el establecimiento es ocupado por ”un consorcio de varias organizaciones cuyos nombres sugieren un carácter socialista y anti-fascista, entre otras la Free World House”, detalla Gray. Entre 1962 y agosto de 1990, el edificio pasa a convertirse en el legendario Bleecker Cinema Street (Cine de la calle Bleeker), una de las primeras salas que proyecta cine extranjero y de vanguatdia en Nueva York. Cuando Gray publicó este artículo en noviembre de 1990, el edificio se había convertido en una sala de cine pornográfico.

Mural “La Huída”, antes de su restauración. El grafitti de una flecha con la palabra “Exit” (salida) nos recuerda su emplazamiento en una salida de incendios y consecuente maltrato.

Gray recuenta un sorprendente hallazgo ocurrido durante su investigación: “Cinco frescos enmarcados, de más un metro y medio de altura, se extienden a lo largo de más de ocho metros de pasillo en una de las salidas de emergencia […]. Están dañados con graffitis y arañazos, iluminados con bombillas violáceas de 15 vatios, y sólo es posible acceder a ellos a través de esta salida de incendios… Los frescos retratan a soldados con armaduras y ciudadanos acongojados, tal vez refugiados”. Tras un excepcional trabajo detectivesco desarrollado con historiadores del arte, y numerosas conversaciones con los antiguos propietarios e inquilinos del edificio, Gray concluye que los misteriosos frescos son obra del artista español Luis Quintanilla, y que fueron encargados durante la República Española como parte del pabellón nacional en la Expo Mundial de 1939. Sin embargo, la caída del gobierno republicano impidió que los frescos llegaran a cumplir este destino: terminaron formando parte de una exposición esponsorizada por la Asociación Americana de las Artes (Associated American Arts) en 1939. Poco después, desaparecieron; el propio Quintanilla llegó a afirmar que los frescos se habían perdido.

Sala de exposiciones de los murales restaurados, Universidad de Cantabria (Santander, España).

En el cierre de su artículo, Gray transmite la esperanza de que el gobierno de España se decida a involucrarse en la recuperación y conservación de estos murales. Dos décadas más tarde, el documental español “Los Otros Guernicas” (2010) y una publicación de la Universidad de Cantabria dan cuenta, con gran detalle, de este final feliz: tras años de arduas negociaciones con el propietario de 144-146 Bleecker, la Universidad de Cantabria (región del norte de España donde nació Quintanilla) consigue adquirir y restaurar los frescos. Desde entonces,  estos “otros Guernicas” forman parte de una muestra permanente en la sala de exposiciones de la universidad.